Sobre la tradición
El compromiso de la Iglesia con la transmisión fiel y reflexiva de la fe de una generación a otra no surge de un amor equivocado por la antigüedad. Surge de la convicción de que, en los escritos de sus profetas y apóstoles, Dios ha concedido a la Iglesia una palabra sana y un depósito precioso (2 Tim 1:13-14): que explica nuestro pasado, abre un futuro y nos guía por el camino que podemos heredar.