
Teología bastante común: Justificación y buenas obras
Muchos que hoy se llaman reformados condenan como herejía una posición que los redactores de Westminster y Dort sostuvieron sin controversia: que la obediencia evangélica es necesaria para permanecer en un estado de justificación (no como causa, sino como medio establecido por Dios). La ironía es notable: mientras anatemizan esta enseñanza histórica, su propia teología se acerca más al antinomianismo del siglo XVII que a la ortodoxia reformada clásica. Y cuando lanzan la acusación fácil —»¡eso es católico romano!»—, pasan por alto que los críticos más demoledores de Belarmino fueron precisamente teólogos reformados como Davenant, quien articuló estas mismas distinciones con rigor y claridad.








