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Catolicismo Reformado

Aprecio los ministerios de IX Marks, y su deseo de tomar en serio la eclesiología. Pero leí esto de ellos y pensé que sería bueno interactuar un poco con esta perspectiva:

Mi hija: Papá, ¿soy cristiana?

Yo: Si te arrepientes de tus pecados y pones tu confianza en Jesús, entonces sí lo eres.

Mi hija: Lo soy.

Yo: Si lo eres, ¡alabado sea Dios! ¡Sigue así cariño!

Mi hija: ¿Puedo bautizarme?

Yo: En algún momento, cariño. Ahora mismo, mientras eres tan joven, sigamos aprendiendo y creciendo. Pensaremos más en esto cuando seas un poco mayor. Quiero que seas capaz de valerte por ti misma como seguidora de Jesús, y que no creas en estas cosas solamente porque yo las creo. Pero estoy muy feliz de que quieras seguir a Jesús conmigo. Esta es la decisión más importante que jamás podrás tomar. No hay nadie mejor que Él.

Observa un par de cosas. Lo primero es que yo no la confirmo formalmente como cristiana. En lugar de eso, le doy los criterios (arrepentimiento y fe) y hago afirmaciones condicionales (si, entonces). Lo segundo, es que sí me alegro junto con ella por lo que cree y le digo «Alabado sea Dios». Pero, nuevamente, no llego a emplear mi autoridad paterna para decirle: «Eres cristiana». Sinceramente, no creo que Dios me haya dado tal autoridad como padre. Por el contrario, creo que le ha dado esta autoridad de afirmación a la iglesia local (Mt. 16:19; 18:18, 20).

Algunas preguntas

Al leer esto, me quedan por hacer algunas preguntas, espero que con un espíritu que haga que los que sostienen la posición antes mencionada piensen en ella con más cuidado, incluso si todavía optamos por estar en desacuerdo. Reconozco que no todos los bautistas sostienen esta postura, y puede que algunos bautistas se sumen (parcialmente) a mi crítica. Así que al hablar de «bautistas» (en este post), me refiero a aquellos que retrasan el bautismo hasta que la persona se acerca o entra en la edad adulta, cuando quiera que esto sea – una pregunta interesante, desde el punto de vista bíblico, que quedará para otra ocasión. Tengo la sensación, por el post anterior, de que el Sr. Leeman se siente más cómodo con la edad adulta como la más apropiada para el bautismo.

Planteo esta cuestión porque vivimos en una época en la que la gente está luchando con su identidad. Tienen la necesidad de saber quiénes son. Pero, ¿qué pasa con la niña descrita anteriormente?

En el escenario anterior, el padre bautista no la «confirma formalmente como cristiana», a pesar de que su hija cree que se está arrepintiendo de sus pecados y confiando en Jesús. Es posible que ella crea que de verdad se está arrepintiendo y confiando en Jesús, pero el padre arroja dudas sobre esto porque ella todavía no puede «valerse por sí misma como seguidora de Jesús». Sus palabras, «si lo eres» (en la segunda ocasión), son lamentables. Desde mi punto de vista, decirle «ya que lo eres», basándose en un juicio de caridad, sería una respuesta mucho más apropiada para una declaración tan maravillosa como la de esta niña.

¿Alguien más piensa que la hija podría estar realmente confundida después de esta conversación en cuanto a si es cristiana o no? Ella cree que cumple las condiciones para ser cristiana, pero se le dice que no puede bautizarse. ¿Por qué? Porque la iglesia se rehúsa a confirmar formalmente su fe (infantil). En pocas palabras, tiene que «demostrar» que lo es. También es posible que no capte los juegos semánticos a los que juega el padre «teólogo».

Cuando la hija preguntó si era cristiana, el padre también podría haber dicho, de acuerdo con la postura ofrecida por Leeman: «Bueno, dejemos que la iglesia lo decida porque yo no puedo confirmarte formalmente en tu fe. E incluso si aseguras creer en Jesús ante los ancianos de nuestra iglesia, tu profesión solo será tomada en serio verdaderamente cuando estés “más cerca de la adultez”, porque será entonces cuando la iglesia te permitirá ser bautizada ya que por fin serás capaz de valerte por ti misma».

Hija: «Entonces, ¿soy cristiana o no lo soy?»

El padre antes mencionado podría responder, basándose en el modelo proporcionado: «Si lo eres, ¡alabado sea el Señor! Pero me temo que algunos no siempre mantienen su confesión (ver #5 en el post de Leeman), así que, como iglesia, creemos que sería mejor no confirmarte formalmente con el bautismo en este momento de tu vida. Sólo queremos que te valgas por ti misma, no que simplemente complazcas a papá y mamá».

¿Los cristianos se valen por sí mismos?

¿Desde cuándo tenemos que valernos por nosotros mismos como cristianos? Esto es excesivamente individualista. Por supuesto que tenemos que creer como individuos, pero nuestra creencia nunca es una fe aislada. El cuerpo permanece unido, con Cristo como la cabeza. Somos la familia de Dios, todos unidos para no tener que valernos por nosotros mismos para ser considerados auténticos. Espero y ruego poder ayudar a la fe de mis hijos, y no veo nada malo en que amen a Dios, en parte, porque quieren complacerme.Si ellos dijeran que solamente aman a Dios por complacerme, entonces tenemos un problema, pero el deseo [mencionado antes] no es necesariamente malo en sí mismo. La naturaleza no se opone a la gracia.

Una perspectiva presbiteriana

Ahora consideremos este asunto desde una perspectiva presbiteriana:

Mis hijos, que han sido bautizados, no me preguntan: «Papá, ¿soy cristiano?».

En la adoración familiar, adoran al Dios vivo y verdadero. Oran a Él. Aprenden de su Palabra. Cantan sus alabanzas. En la adoración colectiva, hacen lo mismo. Hay coherencia entre la adoración familiar y la colectiva (¡la de la gran familia!). Son bautizados porque Dios ha elegido identificarse con ellos, y ellos deben identificarse continuamente con Él mediante la fe. Cada día es un día de fe y arrepentimiento.

Así que podemos entender la diferencia entre ambas posturas si hacemos las siguientes preguntas:

  1. Cuando mis hijos pecan y le piden perdón a Dios, ¿puedo asegurarles que sus pecados son perdonados?

El padre presbiteriano diría «sí». El padre bautista de arriba tal vez diría: «No tengo esa autoridad» o «si eso es cierto, (porque no podemos saberlo con certeza a tan temprana edad) entonces, ¡alabado sea Dios!».

  1. Cuando le pido a mis hijos que me obedezcan en el Señor, ¿debo deshacerme del modelo indicativo-imperativo de la ética cristiana? ¿En qué me apoyo para pedir a mi hijo de cuatro años que perdone a su hermano gemelo?

El padre presbiteriano dice: «Perdónense los unos a los otros como Cristo los perdonó a ustedes. Por eso puedes y debes perdonar a tu hermano».

El padre bautista no puede usar sistemáticamente un indicativo para hacer entender el imperativo. Porque si el indicativo está presente (por ejemplo, Cristo murió por tus pecados) entonces ¿cómo no se admite otro indicativo (por ejemplo, el bautismo)? En otras palabras, si permitimos que la cosa significada esté presente [la salvación], entonces seguramente el signo debe estar presente [el bautismo]. De esta manera, el padre bautista tiene que seguir diciendo «si lo eres».

  1. ¿Pueden mis hijos cantar el Salmo 23 (especialmente el v. 6) o el himno Sé Tú mi visión (como hacen ellos) con la seguridad de que Dios es realmente su pastor o su escudo y espada para la batalla? ¿Pueden cantar «Cristo me ama, bien lo sé» («… los niños son de aquél que es nuestro amigo fiel…»)?

El padre presbiteriano dice «sí». El padre bautista nunca prohibiría a su hijo cantar esas canciones, pero tendría que condicionar firmemente si el niño puede recibir todas las seguridades dadas a los creyentes en esas canciones. Porque, si él no condiciona firmemente, entonces no hay razón para retrasar el bautismo.

  1. Cuando mis hijos oran durante la adoración familiar a su Padre celestial, ¿en qué se basan para hacer tal oración? ¿Tienen derecho a llamar a Dios su «Padre celestial» (Rom. 8:15)?

Como padre presbiteriano, cuando mis hijos oran a Dios como su Padre, no me pregunto si su oración es genuina. Simplemente me alegro de que de la boca de los bebés y los niños Dios haya ordenado la alabanza. Y no tengo ninguna razón para dudar de que Dios les escucha de la misma manera que me escucha a mí cuando hago uso del nombre pactual para Dios (es decir, Padre). Y digo «Amén» a sus oraciones del mismo modo que digo «Amén» a las mías.

Debido a que son bautizados, me parece lógico que pueda confirmarlos en esa disposición infantil que tienen de recibir las promesas de Dios en Cristo Jesús. No necesito provocarles una crisis de seguridad simplemente porque no sé si esa disposición es genuina o no.

En cierto sentido, lo más fundamental que nuestros hijos necesitan saber es quiénes son. Prefiero permitir que un hipócrita sea bautizado que negarle a un verdadero hijo de Dios ese derecho que le ha sido dado desde lo alto.

Al final, la postura que insiste en que se posponga el bautismo hasta la adultez es una postura según la cual el cristianismo es solo para adultos, en lo que respecta al juicio de la iglesia. Dado que el bautismo es el signo visible de la incorporación a Cristo, por el que la iglesia marca formalmente a aquellos que pertenecen a Cristo, el punto de vista descrito al principio de este post considera que el reino de Dios es uno en el que los niños no están presentes según el juicio de la iglesia.

Me temo que éste no es el tipo de reino del que habla la Biblia (Mt. 19:14).

Sea cual sea la postura que se adopte al respecto, tenemos que aceptar que no se trata de semántica. Se trata de asuntos importantes. Mis hijos tienen una idea fundamentalmente diferente acerca de quiénes son, a comparación de la que tiene un niño con padres cristianos al que no se le permite cantar «Cristo me ama, bien lo sé» (como es el caso de muchos niños que he conocido).

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Este artículo ha sido traducido con permiso y fue publicado originalmente por el Dr. Mark Jones. Le invitamos a conocer sus libros aquí. 1Los enlaces que redirigen a este sitio web no son parte del artículo original al igual que los subtítulos que se ingresan para facilitar la lectura. En esta ocasión, modificamos el título con fines divulgativos.2Nota del editor: nos alegramos del tono respetuoso de este artículo, todos debemos tratar, en la medida de lo posible de imitar dicho tono en temas tan delicados.

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    Los enlaces que redirigen a este sitio web no son parte del artículo original al igual que los subtítulos que se ingresan para facilitar la lectura. En esta ocasión, modificamos el título con fines divulgativos.
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    Nota del editor: nos alegramos del tono respetuoso de este artículo, todos debemos tratar, en la medida de lo posible de imitar dicho tono en temas tan delicados.

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