Si alguien duda de nuestra enseñanza, escribe Jewel, debería hacer lo que los Padres hicieron, y corroborarlo con las Escrituras: Porque los padres católicos y obispos de aquellos días nada dudaban sino que [creían que] nuestra religión podía ser suficientemente probada por las divinas Escrituras; ni se atrevieron jamás a tomar por hereje a nadie cuyo error no pudieran desmentir clara y llanamente con las mismas Escrituras. Por tanto, si nosotros somos herejes, y ellos (como se les quiere llamar) católicos, ¿por qué no hacen lo mismo que los padres, verdaderos hombres católicos, hicieron siempre? ¿Por qué no nos convencen por las Sagradas Escrituras? ¿Por qué no nos traen para ser juzgados por ellas? ¿Por qué no demuestran que nos hemos apartado de Cristo, de los apóstoles, de los profetas y de los santos padres? ¿Por qué dudan? ¿Qué es lo que temen?