Si uno lee a Petrus Bertius (un arminiano) podría llegar a la conclusión de que los reformados y los remonstrantes parecían estar de acuerdo en la causa formal de la justificación, o sea, la imputación. Pero diferían en la causa material. ¿Qué es imputado al creyente, nuestro acto de fe o la justicia de Cristo aprehendida por la fe? Los reformados sostenían lo segundo, mientras que, como se señaló anteriormente, los arminianos solían sostener lo primero. Pero incluso en la llamada «causa formal» había una diferencia importante entre los dos bandos. Basado en lo que he dicho anteriormente, para los arminianos, la imputación es una aestimatio – Dios considera nuestra justicia (es decir, el acto de fe) como algo que no es (es decir, perfecto). Los Reformados, sin embargo, ven la imputación como secundum veritatem – Dios considera la justicia de Cristo como nuestra justicia, precisamente porque lo es, a través de la unión con Cristo. El veredicto que Dios emite sobre su Hijo es precisamente el mismo veredicto que emite sobre aquellos que pertenecen a Cristo – pero solo a través de la imputación.