Espero que el título de este artículo suene chocante. “Pensaba que los reformados eran calvinistas”. “¿Acaso este señor es un católico disfrazado?”.

Permíteme asegurártelo: Soy Protestante y soy Reformado tanto como el Papa es (o eso se supone que es) Católico Romano. Soy ministro tanto de la Palabra como de los Sacramentos en las Iglesias Reformadas Unidas de Norteamérica, cuyas raíces se encuentran en la Reforma Protestante gestada en los Países Bajos. He jurado por escrito que creo de corazón en las doctrinas contenidas en la Confesión Belga, el Catecismo de Heidelberg y los Cánones de Dort. Confieso que estas doctrinas concuerdan con la Palabra de Dios. Las enseño y las defiendo. Rechazo todos los errores que se oponen a ellas.

Entonces ¿Por qué “Católico Reformado”?

Porque mis antepasados de la Reforma entendían que “cristiano” significaba “católico”.

¿Qué es lo que debe creer el Cristiano?
R. Todo lo que se nos ha prometido en el santo evangelio, sumariamente contenido en el Credo de los Apóstoles, en cuyos artículos se expresa la fe católica e infalible de todos los cristianos.

En el siglo dieciséis, un Luterano o un Protestante Reformado era Católico. Somos cristianos unidos a la iglesia universal-católica en todo tiempo y lugar. Martín Lutero dejaba ver su espíritu característico cuando dijo:

Lo primero que pido es que la gente no haga uso de mi nombre, y que no se llamen a sí mismos “Luteranos”, sino Cristianos. ¿Quién es Lutero? La enseñanza no me pertenece. Tampoco fui crucificado en favor de nadie. San Pablo, en 1 Corintios 3, no toleraría que los cristianos se nombraran “de Pablo” o “de Pedro”, sino solo Cristianos. ¿Cómo yo, pobre bolsa apestosa de gusanos que soy, voy a llegar al punto de que la gente llame a los hijos de Cristo por mi malvado nombre? No es así, queridos amigos, acabemos con los nombres partidistas y llamémonos Cristianos, pues es la enseñanza de Cristo la que tenemos.

Soy Católico Reformado, no Católico Romano; pertenezco a la Iglesia Católica Reformada

Porque recupera tanto un vocabulario como una identidad perdidos, los cuales son necesarios para los evangélicos carentes de raíz

¿Sabías que William Perkins, el denominado “padre del puritanismo inglés”, ni siquiera se llamaba a sí mismo “Anglicano” ni “Puritano”? Más bien, él prefería ser llamado “Católico Reformado”. ¿Por qué? Porque creía en los artículos fundamentales del cristianismo universal que hasta Roma profesaba (solo que sin todos los errores que Roma ha incluido).

Juan Calvino escribió al cardenal romano, Jacopo Sadoleto: “Nuestro acuerdo con la antigüedad es mucho más cercano que el tuyo… todo lo que hemos intentado hacer ha sido renovar esa antigua forma de la iglesia que, si bien al principio fue mancillada y distorsionada por hombres analfabetos de carácter mediocre, luego fue escandalosamente mancillada y por poco destruida por el pontífice romano junto con su pandilla”. Calvino también le dijo al rey Francisco I de Francia: “No dudo ni por un momento que [nuestra fe] sea nueva para ellos, ya que para ellos tanto Cristo mismo como su evangelio son nuevos”. Además, le dijo audazmente al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos V: “En las Escrituras tenemos una prueba clara de esta nuestra doctrina, que, de hecho, no debería llamarse nuestra, sino de la iglesia Católica”.

Heinrich Bullinger dijo que la promesa evangélica de Dios en Génesis 3:15 significa que el cristianismo universal “perdura desde el principio del mundo”. Por tanto, el protestantismo es el más antiguo. El protestantismo regresó a esa fe. Por el contrario, Roma es la novedad.

Contra la pretensión de Roma en cuanto al tema de la sucesión apostólica, Pedro Mártir Vermigli dijo:

No proponemos ninguna novedad, sino que hemos vuelto a la fuente de la enseñanza pura y apostólica… manteniendo la continuidad, la comunión y la hermandad con todos los santos Padres y los obispos que fueron verdaderamente ortodoxos… No hemos rechazado a la iglesia, sino que hemos vuelto a ella… Al separarnos de los romanistas, por tanto, no hemos abandonado a la iglesia, sino que hemos huido de un yugo intolerable y de una conspiración formada en contra de la doctrina del evangelio.

Porque expresa un espíritu de gracia y de escucha en un tiempo dividido

La división se ha descontrolado en nuestra cultura; desafortunadamente, en la iglesia también la división está presente. Deseo ir en contra del estereotipo del “calvinista enjaulado”. Aquí no te encontrarás con un pastor reformado que tiene mucha cabeza, pero nada de corazón. Si buscas blogs de “caza de herejías” o de “discriminación”, estás en el lugar equivocado. La catolicidad debe traducirse en algo práctico en nuestra forma de pensar, hablar y actuar.

Te invito a unirte a la conversación, conociendo muy bien mis firmes convicciones reformadas, pero al mismo tiempo mi corazón lleno de gracia.

Este artículo ha sido traducido con permiso y fue publicado originalmente por el Dr. Hyde en el sitio web: Danielrhyde.com. Le invitamos a conocer los libros que ha escrito el Dr. Hyde aquí.