En años recientes he oído y leído distintas críticas a los puritanos y (lo que es bastante sorprendente) a El progreso del Peregrino de Bunyan. El «sueño» de Bunyan ciertamente no es un sistema perfecto de teología ni mucho menos, pero si le hace quedarse indiferente, me interesaría mucho saber entonces qué es lo que a usted le produce pasión. Debe haber una razón por la que Charles Spurgeon dijo:
Después de la Biblia, el libro que más valoro es El Progreso del Peregrino de John Bunyan.
O de porqué Machen lo llamó:
El más tierno y teológico de los libros.
No todas las obras inglesas puritanas sobre la vida cristiana son igualmente buenas. En mi opinión, Heaven Taken by Storm, de Thomas Watson, podría venirle bien un poco más de cristología. Y Baxter, que con frecuencia es malinterpretado y mal leído (o, aparentemente, no leído en absoluto, pero que sigue siendo un chivo expiatorio fácil para algunos), también a veces tenía algunas ideas descabelladas que yo no aconsejaría a todos los cristianos leer y adoptar. (No puedo confirmar si tragar una bala puede aliviar el estreñimiento). Y aunque no sea un puritano, no me interesan mucho las Resolutions de Edwards, que desearía hubiesen quedado entre él y el Señor.
Cuando se considera el gran número de escritos del siglo XVII, incluidos los puritanos ingleses, resulta absurdo pensar que todos ellos son grandes por el simple hecho de pertenecer a esa época. Solo quienes sostienen la salmodia exclusiva pueden hacer tales afirmaciones sobre su distintivo teológico.
¿Los puritanos lo despojan a uno de la seguridad?
A pesar de ello, hacer una afirmación generalizada que básicamente equivale a advertir a la gente de que los puritanos son peligrosos para el alma (por ejemplo, que lo despojan a uno de la seguridad) revela una ignorancia asombrosa de su teología.
Consideremos que el libro de Dane Ortlund, Gentle and Lowly (Manso y humilde), no existiría si no fuera por la obra maestra pastoral de Thomas Goodwin, The Heart of Christ in Heaven Towards Sinners on Earth. Ortlund hace un uso positivo de muchos puritanos, incluidos Sibbes y Bunyan. El capítulo 6 está dedicado a resumir la obra de Bunyan, Come and Welcome to Jesus Christ, que Ortlund describe como encantadora y cálida. Así que la obra más popular sobre la seguridad cristiana de la última década es básicamente puritanesca. Pero recuerde, los puritanos despojan a la gente de la seguridad.
Dejando aparte la obra de Goodwin, hay muchos discursos maravillosos de autores puritanos que demuestran que se preocupaban por ayudar a los «cristianos débiles». En un sermón de Christopher Love, Grace: the truth and growth and different degrees, se comenta:
¿Acaso no es una demostración de gran poder el conservar una pequeña llama de fuego para que no se extinga en un diluvio de agua? Sin embargo, he aquí que esa pequeña llama de gracia en ustedes no será apagada por el torrente y la inundación de sus corrupciones. Es por el poder de Dios que la menor medida de gracia será preservada.
¿Se imagina escuchar esas palabras e irse despojado de su seguridad?
Había un concepto de «gracia débil» entre los escritores puritanos, del que hablaban para confortar al pueblo de Dios. La menor o más débil medida de gracia sería suficiente para llevar un alma a la gloria. Stephen Charnock redactó una obra maravillosamente alentadora titulada A Discourse Proving Weak Grace Victorious. Cuando la semilla de la gracia salvadora entra en el alma, «aunque mezclada con una masa de corrupción», dice Charnock, habrá victoria,
Porque así como la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres, así también la debilidad de la gracia es más fuerte que el pecado.
En la misma obra, Charnock habla de cómo la fuerza y vigor de nuestras acciones con frecuencia se ven «debilitadas» por el remanente de pecado que mora en nosotros, de modo que, con Pablo, hacemos el mal que odiamos y omitimos el bien que deberíamos amar. Charnock añade:
No podemos negar que nuestros actos fluyen [más] a menudo de un principio corrupto que de uno renovado; en efecto, y las acciones que brotan de la gracia están tan teñidas de los vapores del otro principio [pecaminoso], que parecen participar más de las impresiones de la ley del pecado que de la ley del [espíritu]; de modo que nuestra perseverancia no debe medirse por el temple1O temperamento. constante de nuestras acciones, sino por la permanencia del hábito.
Este es un acercamiento realista y sobrio de la santificación y el crecimiento en la gracia. Lejos de afirmar un tipo de perfeccionismo cristiano, o un estándar que nos haga dudar de nuestra propia salvación, él cándidamente admite las luchas que todos enfrentamos.
La gracia que nunca puede extinguirse
En otro lugar habla de que la gracia nunca puede «extinguirse, sino que habrá algún humo, alguna chispa, por la que pueda reavivarse. El tizón humeante de la gracia de Pedro se encendió de nuevo por una repentina mirada de su Maestro. Sí, puede, por una influencia secreta del Espíritu, reunir fuerzas para actuar más vigorosamente después de emerger de debajo de la opresión presente, como el sol, más cálido en sus rayos después de haber sido oscurecido por la niebla. El amor de Pedro fue más vigoroso después de su recuperación». Así pues, incluso para los que recaen, se ofrece la esperanza de que la gracia saldrá victoriosa.
Entonces, adelante, critique la teología y la literatura puritanas. Pero al menos dé la impresión de que su opinión se ha formado a partir de haber leído los libros que presuntamente le horrorizan. Ofrecer una desacreditación generalizada de sus obras me indica que realmente no las ha leído detenidamente y que parece estar más interesado en aprovechar la situación para darse crédito que en la verdad.
O puede darse el caso de que algunas de las exhortaciones inquisitivas que se encuentran en sus escritos sean realmente un poco incómodas para quienes se han imbuido en un antinomianismo no tan sutil que todavía se disfraza de teología reformada. Después de todo, si la idea de que el evangelio no solo contiene promesas, sino también exhortaciones y advertencias causa cierto disgusto, es de esperar que se critique a los puritanos.
Existen verdades teológicas que han ayudado a mi propia seguridad, así como a la de muchos otros, que son el resultado directo de las intuiciones de los puritanos, de las que no he podido encontrar que se haya hablado tan vívidamente con respecto a Cristo en ningún otro lugar de la historia de la Iglesia. Si se quiere encontrar un grupo de teólogos de la historia de la Iglesia que hayan disertado mejor sobre las promesas de Dios, no creo que encuentre uno mejor que el de los puritanos. Ahora, para concluir, algunas palabras de Goodwin acerca de la seguridad:
Porque si una promesa te pertenece, entonces todas te pertenecen; porque cada una de ellas transmite [al] Cristo total en quien se hacen todas las promesas.
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Este artículo ha sido traducido con permiso y fue publicado originalmente por el Dr. Mark Jones. Le invitamos a conocer sus libros aquí. 2Los enlaces que redirigen a este sitio web no son parte del artículo original al igual que los subtítulos que se ingresan para facilitar la lectura.
- 1O temperamento.
- 2Los enlaces que redirigen a este sitio web no son parte del artículo original al igual que los subtítulos que se ingresan para facilitar la lectura.