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Catolicismo Reformado

No es poco común hoy en día encontrar a autores y apologistas católico-romanos hablando de María, la madre de Jesús, en términos de “el arca del nuevo pacto”. De acuerdo con esta perspectiva, el arca del antiguo pacto es un tipo de María, y María entonces sería el antitipo. Todo esto ligado a su mariología católica romana.

La doctrina católica romana sobre María inicia con una afirmación verdadera y bíblica: María es la Madre de Jesús, quien es Dios encarnado. En otras palabras, ellos empiezan con la doctrina de la deidad de Cristo. Sin embargo, desde ese punto Roma procede a construir inferencias erróneas sobre María hasta el punto en que se dice, sin ningún tipo de evidencia bíblica positiva y teniendo en su contra una montaña de evidencias bíblicas, que María estuvo libre del pecado original, libre de pecado personal, asistente en la obra redentora de Cristo, asunta corporalmente al cielo para ser nombrada como Reina del cielo, mediadora de todas las gracias, nuestra intercesora con su Hijo, receptora de las oraciones y merecedora de hiperdulía (lo cual es lo mismo que adoración, pero con otro nombre). La afirmación de que el arca del pacto es un tipo de María es un intento de proporcionar alguna apariencia de sustento bíblico a esta doctrina.

¿Qué es la tipología?

Para poder evaluar la doctrina católica romana respecto al arca como un tipo de María, debemos primero tener algún entendimiento sobre lo que es la tipología. Esta, en sí misma, es una pregunta compleja. Como G.K. Beale apunta, la tipología ha sido uno de los temas más candentemente debatidos en los estudios bíblicos en el último siglo1Beale, Handbook on the New Testament Use of the Old Testament, p. 13.

Louis Berkhof, teólogo reformado de inicios del siglo XX, provee una explicación bastante habitual en su era. Él cita la definición que da Milton Terry explicando que la tipología es:

La relación representativa predeterminada que ciertas personas, acontecimientos e instituciones del Antiguo Testamento guardan con las personas, acontecimientos e instituciones correspondientes del Nuevo Testamento.2Berkhof, Principles of Biblical Interpretation, p. 145

Berkhof sigue explicando que la tipología generalmente tiene tres características:

  1. Debe haber algunos puntos reales y notables de semejanza entre un tipo y su antitipo.
  2. El tipo debe ser diseñado, por designación divina, para ser semejante al antitipo. La similitud accidental entre una persona o evento del Antiguo y Nuevo Testamento no significa que el uno sea tipo de otro.
  3. Un tipo siempre prefigura algo futuro.

Más recientemente, Beale ha definido la tipología como:

El estudio de las correspondencias analógicas entre las verdades reveladas sobre personas, eventos, instituciones, y otras cosas dentro el marco histórico de la revelación especial de Dios, que, vistos en retrospectiva, son de una naturaleza profética y están escaladas en su significado.3G.K. Beale, Handbook on the New Testament Use of the Old Testament: Exegesis and Interpretation, p. 14

Un libro sobre el tema, publicado en 2022 por James M. Hamilton Jr., provee una definición muy similar a la que da Beale. Hamilton define la tipología de la siguiente manera:

La tipología es una correspondencia histórica y una escalada de significado entre personas, acontecimientos e instituciones a lo largo del relato histórico-redentor de la Biblia (o sea, el contexto pactual), la cual fue ordenada por Dios e intencionada por el autor histórico.4Typology, p.26

La Biblia usa términos como “tipo” (Rom. 5:14), “sombra” (Col.2:17), “copia” (Heb. 8:5), y “señal” (Mat. 12:39) para indicar el fenómeno de la tipología. Un ejemplo claro de tipología es el sistema sacrificial del Antiguo Testamento el cual involucra el sacerdocio, el templo y los animales de sacrifico. Todo esto apuntaba a Cristo, quien es nuestro Sumo Sacerdote, nuestro verdadero Templo y el Cordero de Dios.

¿Cuál es el razonamiento Católico Romano a favor del Arca como un Tipo de María?

El argumento a favor de la afirmación católica romana sobre el arca se basa en un puñado de supuestos puntos de similitud entre María y el arca.

En primer lugar, los católicos romanos van a observar que la nube de gloria “Shekiná” cubrió o eclipsó el arca en el momento de su finalización. El Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes lo explica así:

La Virgen María es el santuario viviente de la Palabra de Dios, el Arca de la Nueva y Eterna Alianza. De hecho, el relato de San Lucas de la Anunciación del ángel a María incorpora muy bien las imágenes de la tienda de reunión con Dios en el Sinaí y del Templo de Sión. Así como la nube cubría al pueblo de Dios que marchaba por el desierto (cf. Nm 10,34; Dt 33,12; Sal 91,4) y así como la misma nube, como signo del misterio divino presente en medio de Israel, se cernía sobre el Arca de la Alianza (cf. Ex 40,35), así ahora la sombra del Altísimo envuelve y penetra el tabernáculo de la nueva alianza que es el seno de María (cf. Lc 1,35).

Un segundo supuesto punto de similitud es el hecho de que David saltara y bailara de alegría en presencia del arca (2 Sam. 6:14) y que Juan el Bautista saltara en el vientre de Isabel cuando estaba en presencia de María (Lucas 1:39-45).

Un tercer supuesto punto de semejanza está conectado con los elementos contenidos en el arca del pacto: las tablas de la ley (donde la palabra de Dios fue escrita), el maná, y la vara de Aarón. En el vientre de María estaba Jesús, la Palabra hecha carne, el Pan de Vida, y el verdadero sacerdote.

Una cuarta conexión es hecha basada en una interpretación particular de Apocalipsis 12. Al final de Apocalipsis 11, leemos sobre la séptima trompeta. Después de que los veinticuatro ancianos adoran a Dios, leemos en el versículo 19:

Entonces se abrió el templo de Dios en el cielo, y se vio el arca de su pacto dentro de su templo. Hubo relámpagos, estruendos, truenos, terremotos y granizo.

Los teólogos católico-romanos argumentan que la siguiente cosa que Juan ve es una visión de María. La visión es descrita en Apocalipsis 12:1-6:

Y apareció una gran señal en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Estaba encinta y gritaba con dolores de parto y la agonía del alumbramiento. Y apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojaba a la tierra. Y el dragón se puso delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorarla cuando diera a luz. Ella dio a luz un hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro, pero su hijo fue arrebatado a Dios y a su trono, y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, en el que ha de ser alimentada durante 1.260 días.

Debido a que Juan ve esta visión inmediatamente después de hablar de una visión del arca del pacto en el cielo, los católico-romanos identifican con el arca a la mujer en la visión. Y ya que ellos sostienen que la mujer en la visión es María, entonces María es el arca.

¿Qué dice la Biblia del Arca del Pacto?

Antes de evaluar los cuatro supuestos puntos de similitud, será útil echarle un vistazo al testimonio bíblico en lo respecta al arca del pacto. Este es un paso importante porque, como Berkhof notó, “la similitud accidental entre una persona o evento del Antiguo Testamento con una persona o evento del Nuevo Testamento no lo constituye inmediatamente un tipo del otro”. Después de un examen de la doctrina bíblica concerniente al arca, será evidente que los argumentos en favor de la postura católica romana descansan enteramente en “similitudes accidentales”.

El arca del pacto debe ser entendido en conexión con el tabernáculo del Antiguo Testamento. El tabernáculo era el lugar donde Dios habitaba en el medio de Israel, su pueblo. Se le llama “la tienda del Señor” (Éxodo 25:9)

Las instrucciones que Dios le dio a Moisés para la construcción del tabernáculo se encuentran en Éxodo 25 al 31. En otras palabras, estas fueron dadas cuando el pueblo aún seguía junto al Monte Sinaí. Resulta significativo que el lenguaje utilizado para describir la presencia de Dios en el Sinaí también se utiliza para describir la presencia de Dios en el tabernáculo.

En Éxodo 19:3, por ejemplo, leemos: “Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel”. En Levítico 1:1-2, leemos “El Señor llamó a Moisés y le habló desde la tienda de reunión: Di a los israelitas…”

En Éxodo 24:15-16, leemos “Entonces Moisés subió al monte, y la nube cubrió el monte. Y la gloria del Señor reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días…” Compara esto con Éxodo 40:34: “Entonces la nube cubrió la tienda de reunión y la gloria del Señor llenó el tabernáculo”.

El punto, como veremos, es que mientras el Sinaí fue el lugar donde Moisés y el pueblo se reunieron con Dios por un período temporal, el tabernáculo ahora asumirá esa función a medida que Israel avanza hacia la tierra prometida.

Es importante observar que, después de algunas instrucciones introductorias sobre la colecta que se debía recoger del pueblo (Éxodo 25:1-9), el primer elemento mencionado en las instrucciones para el tabernáculo es el arca del pacto (25:10-22). El arca es el punto central del tabernáculo. Es fundamental para la naturaleza primaria y los propósitos del tabernáculo. Pero ¿cuáles son esos propósitos del tabernáculo?

Los propósitos del tabernáculo

En primer lugar, como ya hemos visto, es que el tabernáculo es el lugar donde Dios habita con su pueblo. En Éxodo 25:8, Dios dice “Y que me hagan un santuario, para que yo habite en medio de ellos”. Es la “casa” de Dios (Salmo 84:1-4). Pero es importante notar que, dentro del tabernáculo, la presencia de Dios está aún más específicamente relacionada con el arca del pacto (Ex. 25:22; 30:6; Lev. 16:2; Núm. 7:89)

En segundo lugar, Moisés se encuentra con Dios y recibe la revelación divina en el arca dentro del lugar santísimo. En Éxodo 25:22, Dios le dice a Moisés:

Allí me encontraré contigo, y de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, te hablaré acerca de todo lo que he de darte por mandamiento para los israelitas.

En tercer lugar, el tabernáculo es el lugar donde el sacerdote ofrece sacrificios y donde la expiación es hecha para el pueblo de Dios (Ex. 29:38–43; 30:7–10; Lev. 1–7, 16). Esto está específicamente atado al arca del pacto en las leyes concernientes al Día de la expiación (Lev. 16:11-17).

El arca del pacto se encuentra en la parte más interna del tabernáculo: el Lugar Santísimo. Las instrucciones para el tabernáculo indican que debe ser una tienda dividida en dos partes y rodeada por un patio mayor al aire libre. En el patio hay un altar de bronce y una pila de bronce. La cámara exterior del tabernáculo propiamente dicho es el Lugar Santo. Contiene el altar del incienso, el candelabro de oro y la mesa para el pan de la proposición. La cámara más interna, el Lugar Santísimo, contiene únicamente el arca del pacto.

El arca en sí era una caja hecha de madera de acacia y recubierta de oro. Medía algo más de metro y medio de largo, algo más de medio metro de ancho y medio metro de alto. La tapa de la caja, también llamada propiciatorio, estaba recubierta de oro y tenía dos querubines, uno en cada extremo, uno frente al otro. En cada esquina del arca se colocaron anillas para poder transportarla con pértigas mientras el pueblo se dirigía hacia la Tierra Prometida.

Si examinamos detenidamente los pasajes bíblicos que hablan del arca, su naturaleza se hace más que evidente:

Éxodo 25:22 — Allí me encontraré contigo, y de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, te hablaré acerca de todo lo que he de darte por mandamiento para los israelitas.

  • Dios le dice a Moisés que se encontrará con él y que le hablará desde una ubicación muy específica – sobre el propiciatorio ente los dos querubines que están sobre el arca.

Éxodo 30:6 — Pondrás el altar delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el arca del testimonio, donde Yo me encontraré contigo.

  • El propiciatorio se identifica de nuevo como el lugar de la presencia especial de Dios, donde se reunirá con Moisés.

Levítico 16:2 — El Señor le dijo a Moisés: «Dile a tu hermano Aarón que no entre en cualquier tiempo en el lugar santo detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, no sea que muera; porque Yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.

  • Una vez más, el propiciatorio se identifica como el lugar donde Dios está presente. Aquí se añade la idea de que Dios aparecerá en una nube sobre el propiciatorio.

Levítico 16:11-17 — Entonces Aarón ofrecerá el novillo de la ofrenda por el pecado, que es por sí mismo, y hará expiación por sí mismo y por su casa, y degollará el novillo de la ofrenda por el pecado hecha por sí mismo. Y tomará un incensario lleno de brasas de fuego de sobre el altar que está delante del Señor, y dos puñados de incienso aromático molido, y lo llevará detrás del velo. Pondrá el incienso sobre el fuego delante del Señor, para que la nube del incienso cubra el propiciatorio que está sobre el arca del testimonio, no sea que Aarón muera. Tomará además de la sangre del novillo y la rociará con su dedo en el lado oriental del propiciatorio; también delante del propiciatorio rociará de la sangre siete veces con su dedo. Después degollará el macho cabrío de la ofrenda por el pecado que es por el pueblo, y llevará su sangre detrás del velo y hará con ella como hizo con la sangre del novillo, y la rociará sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. Hará, pues, expiación por el lugar santo a causa de las impurezas de los israelitas y a causa de sus transgresiones, por todos sus pecados; así hará también con la tienda de reunión que permanece con ellos en medio de sus impurezas. Cuando Aarón entre a hacer expiación en el lugar santo, nadie estará en la tienda de reunión hasta que él salga, para que haga expiación por sí mismo, por su casa y por toda la asamblea de Israel.

  • Como parte de los requisitos del sacrificio en el Día de la Expiación, el Sumo Sacerdote debe rociar sangre sobre el Propiciatorio y ante el Propiciatorio. ¿Por qué allí? Porque allí es donde Dios está presente. Los sacrificios son ofrecidos a Dios en el lugar donde Él mora en Su gloria.

Números 7:89 — Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de reunión, para hablar con Dios, oía la voz que le hablaba de encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y hablaba con él.

  • El espacio entre los dos querubines del propiciatorio es el lugar donde Moisés escucha la voz de Dios. Es el lugar de la presencia de Dios y de nadie más.

Números 10:33-36 — Así partieron desde el monte del Señor tres días de camino, y el arca del pacto del Señor iba delante de ellos por los tres días, buscándoles un lugar dónde descansar. 34 La nube del Señor iba sobre ellos de día desde que partieron del campamento. Y sucedía que cuando el arca se ponía en marcha, Moisés decía:

«¡Levántate, oh Señor!

Y sean dispersados Tus enemigos,

Huyan de Tu presencia los que te aborrecen».

Y cuando el arca descansaba, él decía:

«Vuelve, oh Señor,

A los millares de millares de Israel».

  • Aquí el movimiento del arca se asocia directamente con Dios yendo delante de Su pueblo como el Guerrero Divino.

Josué 6:4 — Siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. Al séptimo día ustedes marcharán alrededor de la ciudad siete veces, y los sacerdotes tocarán las trompetas

  • La historia del arca siendo transportada alrededor de Jericó apunta de nuevo a la conexión entre el arca y Dios como el Guerrero Divino.

1 Samuel 4:4 — El pueblo envió gente a Silo, y trajeron de allí el arca del pacto del Señor de los ejércitos que está sobre los querubines. Los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios.

  • La presencia de Dios sobre el propiciatorio entre los dos querubines se habla aquí en términos del trono de Dios. Este lenguaje se hará más común a medida que avancemos en las Escrituras.

1 Samuel 4:21-22 — Pero llamó al niño Icabod y dijo: «¡Se ha ido la gloria de Israel!», por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido. Ella dijo: «Se ha ido la gloria de Israel, porque el arca de Dios ha sido tomada».

  • La asociación entre el arca y Dios queda aquí claramente ilustrada en el nombre que la nuera de Elí da a su hijo tras la captura del arca. El arca se ha ido, por lo tanto la gloria se ha ido.

2 Samuel 6:2 — Y David se levantó y fue con todo el pueblo que estaba con él a Baala de Judá, para hacer subir desde allí el arca de Dios, la cual es llamada por el Nombre, el nombre del Señor de los ejércitos, que está sobre los querubines.

  • De nuevo, vemos el arca asociada al trono de Dios.

2 Reyes 19:15 — Y oró Ezequías delante del Señor, y dijo: «Oh Señor, Dios de Israel, que estás sobre los querubines, solo Tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra

1 Crónicas 13:6 — David subió con todo Israel a Baala, es decir, a Quiriat Jearim, que pertenece a Judá, para hacer subir desde allí el arca de Dios el Señor, que está sobre los querubines, donde se invoca Su nombre.

Salmos 80:1 — Presta oído, oh Pastor de Israel; Tú que guías a José como un rebaño; Tú que estás sentado más alto que los querubines; ¡resplandece!

Salmo 99:1 — ¡Él Señor reina, estremézcanse los pueblos; Él está sentado como Rey sobre los querubines, tiemble la tierra!

Isaías 37:16 — , «Oh Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que estás[a] sobre los querubines, solo Tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra.

Hebreos 9:1-5 — Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas para el culto y el santuario terrenal. Porque había un tabernáculo preparado en la parte anterior, en el cual estaban el candelabro, la mesa, y los panes consagrados. Este se llama el lugar santo. Y detrás del segundo velo había un tabernáculo llamado el Lugar Santísimo, el cual tenía el altar de oro del incienso y el arca del pacto cubierta toda de oro, en la cual había una urna de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que retoñó y las tablas del pacto. Sobre el arca estaban los querubines de gloria que daban sombra al propiciatorio. Pero de estas cosas no se puede hablar ahora en detalle.

  • Hebreos 9 es enormemente importante para nuestra comprensión del arca y del tabernáculo/templo. Hebreos indica que el tabernáculo terrenal y todo lo que hay en él (incluyendo el arca) es una copia terrenal del tabernáculo celestial. Esto se explica más claramente más adelante en este capítulo.

Hebreos 9:23-24 — Por tanto, fue necesario que las representaciones de las cosas en los cielos fueran purificadas de esta manera, pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Porque Cristo no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros.

  • El tabernáculo terrenal es una copia de las cosas celestiales.

Hebreos 8:5 — los cuales sirven a lo que es copia y sombra de las cosas celestiales, tal como Moisés fue advertido por Dios cuando estaba a punto de erigir el tabernáculo. Pues, dice Él: «Haz todas las cosas conforme al modelo que te fue mostrado en el monte»

  • Ese fue siempre su propósito.

Apocalipsis 11:19 — El templo de Dios que está en el cielo fue abierto; y el arca de Su pacto se veía en Su templo, y hubo relámpagos, voces y truenos, y un terremoto y una fuerte granizada

  • En Apocalipsis 11, Juan tiene una visión del templo celestial y del arca.

¿Cuáles son, pues, las principales cosas que descubrimos cuando examinamos lo que dice la Biblia sobre el arca del pacto? Primero, el arca era el lugar de la presencia de Dios en el tabernáculo y el Templo, el lugar donde Dios se encontraría con Moisés, el lugar desde donde Dios hablaba, el lugar de la nube de gloria de Dios. En segundo lugar, el arca era el trono o el estrado del trono de Dios. Dios se sienta entronizado sobre los querubines. En tercer lugar, el arca era un elemento clave en el Día de la Expiación, el corazón de toda la vida de Israel. Por último, toda la revelación del Antiguo Testamento sobre el arca y el tabernáculo apuntaba a la realidad celestial y a la obra de Jesús.

En resumen, en todos los casos, el arca y el propiciatorio se asocian exclusivamente con Dios y Su presencia. Es Su trono, Su lugar de reunión, Su lugar de hablar, Su lugar de expiación.

¿Es plausible el argumento católico romano?

En este punto ya debería ser evidente que los supuestos puntos de similitud entre el arca del pacto y María no son más que similitudes accidentales y que el argumento católico romano ignora abundantes testimonios sobre lo que es el arca y lo que representa. Con todo esto en mente, examinemos los argumentos a favor del planteamiento católico romano.

El primer supuesto punto de similitud es la nube de gloria que “cubrió” el arca y el Espíritu que cubrió a María en relación con la concepción milagrosa de Jesús. La palabra traducida “cubrirá con su sombra” en Lucas 1:35 se utiliza ciertamente en la traducción griega del Antiguo Testamento en relación con la nube Shekiná que descansaba sobre el tabernáculo (Éxo. 40:34-35; Núm. 9:18), pero esa no es la única cosa cubierta con la sombra de Dios en el Antiguo Testamento. En Isaías 4:5, la gloria cubre el monte Sión. En Números 10:34, la nube de gloria cubre al pueblo de Israel. En Deuteronomio 33:12, se dice de Benjamín. El lenguaje también se utiliza para describir la presencia protectora de Dios (Salmo 91:4). Más adelante, en Lucas, la nube de gloria de Dios cubre a los discípulos en la Transfiguración (Lucas 9:34). Hay demasiada diversidad en el uso como para señalar una conexión definitiva entre el arca y María.

El segundo punto de supuesta similitud es el hecho de que David saltó y bailó de alegría en presencia del arca (2 Sam. 6:14) y Juan el Bautista saltó en el vientre de Isabel cuando estaba en presencia de María (Lucas 1:39-45). Este es probablemente el tramo más obvio de la imaginación entre los cuatro supuestos puntos de similitud debido a la forma en que elige un evento menor en la historia del arca, mientras que pasa por alto una gran cantidad de otros. En su historia, el arca participó en muchos acontecimientos. Los sacerdotes la llevaban delante del pueblo hacia la tierra prometida. Fue sostenida en medio del río Jordán mientras el pueblo cruzaba en seco. Fue llevada siete veces alrededor de Jericó. Fue capturado por los filisteos y colocado en el templo de Dagón. La llevaron de vuelta a Israel. Uza murió al tocarla. Y así sucesivamente. Un evento entre cientos es la definición misma de una similitud accidental. Es superficial. David saltaba y bailaba ante el Señor, pero Miriam bailó después de cruzar el Mar Rojo (Éxo. 15:20). Después de que David matara a Goliat, las mujeres danzaron (1 Sam. 18:6). El pueblo de Dios es llamado a alabar al Señor con danzas en el Salmo 149:3. La danza en el Antiguo Testamento es una forma de celebración gozosa. Además, Juan el Bautista saltó en el vientre materno. No se dice que bailara en el vientre materno. Y los saltos se debían a que estaba en presencia de su Señor. Si acaso, se trata de una similitud superficial.

El tercer punto de supuesta similitud está relacionado con los objetos que contenía el arca del pacto: las tablas en las que estaba escrita la ley (la palabra de Dios), el maná y la vara de Aarón. En el vientre de María estaba Jesús, que es el Verbo hecho carne, el Pan de Vida y el verdadero sacerdote. Sin embargo, todo esto no viene al caso, dado que todo lo que había en el tabernáculo y el templo, incluido el propio edificio, el mobiliario, los sacerdotes y los sacrificios, apuntaba a Cristo. No podemos limitar las similitudes únicamente a los elementos contenidos en el arca. Y si todo lo relacionado con el tabernáculo es un tipo de Cristo, entonces ¿por qué no decir que la ropa del sumo sacerdote es un tipo de María, ya que esa ropa contenía al sumo sacerdote y María “contenía” al verdadero Sumo Sacerdote? Podríamos hacer lo mismo con todo lo relacionado con el tabernáculo. También podríamos plantear todo tipo de preguntas sin sentido si siguiéramos este método de hermenéutica de forma coherente. Si el arca es María porque el arca “contiene” la Palabra, el Pan y la vara de Aarón y María “contiene” a Jesús, entonces ¿qué hacemos con el hecho de que Jesús es el verdadero templo y el templo contiene el arca? Obviamente, Jesús no es la madre de María, pero ese es el tipo de disparates a los que conduce este tipo de pareidolia hermenéutica.

Por último, ¿qué ocurre con el arca celestial que se ve en Apocalipsis 11 y la mujer vestida del sol en Apocalipsis 12? Lo primero y más importante es que, independientemente de cómo se interprete a la mujer de Apocalipsis 12, esa mujer no se identifica con el arca que Juan ve en Apocalipsis 11. Los autores católicos romanos que he leído sobre este tema parecen suponer que como Juan ve el arca en el cielo y luego ve la señal en el cielo, la mujer vestida del sol, ambas deben ser la misma. Pero eso no tiene ningún sentido en términos de la forma en que está escrito el Apocalipsis y en términos del contexto inmediato. A lo largo del Apocalipsis, vemos repetidamente las palabras “Entonces vi…”. Juan ve una visión tras otra, numerosas veces. Eso no significa que todas las visiones signifiquen lo mismo que la visión inmediatamente anterior. Además, en el contexto inmediato, Juan ve algo entre su visión del arca celestial y su visión de la mujer. Ve y oye relámpagos, truenos, terremotos y granizo. Lo siguiente que ve es una gran señal en el cielo: una mujer vestida de sol. Siguiendo los principios hermenéuticos establecidos por innumerables apologistas católicos romanos, parecería que deberíamos decir que los truenos, los relámpagos, los terremotos y el granizo son tipos de María.

Peor aún, ¿qué ve Juan inmediatamente después de ver a la mujer vestida del sol? Ve un gran dragón rojo. ¿Significa eso que el gran dragón rojo es la mujer vestida del sol? Si las cosas que Juan ve inmediatamente después de ver otra cosa son idénticas, entonces la respuesta tendría que ser sí.

Aunque es un punto secundario, también es muy dudoso que la mujer descrita en Apocalipsis 12 deba identificarse específicamente con María. Juan está utilizando una multitud de imágenes y asociaciones del Antiguo Testamento para pintar este cuadro apocalíptico. El lenguaje del sol y la luna alude al sueño de José en Génesis 37:9, que asociaría a la mujer en cierto modo con Israel. El lenguaje de Apocalipsis 12 sobre los dolores de parto de la mujer al dar a luz un hijo se hace eco del lenguaje de Isaías 66:7-9, que describe los dolores de parto de Sión al dar a luz un hijo. Es bien sabido que el Antiguo Testamento habla a menudo de Israel como la esposa de Dios (por ejemplo, Jeremías 31:32; Isaías 54:5; Oseas). En el Nuevo Testamento, Pablo dice que la Jerusalén de arriba es nuestra madre (Gal. 4:26). La imaginería maternal relacionada con Israel, Sión y Jerusalén es relevante para nuestra comprensión de Apocalipsis 12.

Y lo que es aún más significativo, Apocalipsis 12 se remonta a la promesa hecha a Eva en Génesis 3:15. Dios le prometió que tendría un hijo que aplastaría la cabeza de la serpiente. Apocalipsis 12 describe el nacimiento de un hijo e inmediatamente después trae una visión del gran dragón rojo, una serpiente. De hecho, en Apocalipsis 12:7-17, leemos sobre la derrota del gran dragón rojo, y se le llama específicamente “aquella serpiente antigua” (v. 9). Apocalipsis 12 es ante todo una descripción apocalíptica del cumplimiento de Génesis 3:15. El Hijo que vence a la serpiente es el Hijo de Dios. El Hijo que vence a la serpiente es Jesús, por supuesto, pero las imágenes utilizadas para describir a la mujer que da a luz a este hijo se remontan hasta Eva y su descendencia.

En relación con la interpretación católica romana del arca como un tipo de María, es importante entender lo que sucede en la práctica cuando los católicos romanos creen esto. La foto de abajo es una imagen de algo que se encuentra en una Iglesia Católica Romana (creo que esta fue tomada en una iglesia en Chicago).

Virgen María

Si no sabe lo que es, permítame explicárselo. Esto es lo que el Antiguo Testamento llamaría una abominación. Es una réplica del arca del pacto con una estatua de María colocada en el propiciatorio entre los querubines. Permítanme repetir eso. María está en el propiciatorio entre los querubines. María está en el lugar que pertenece exclusivamente a Dios.

Si prefieres tu idolatría a menor escala, siempre puedes comprarla para tu casa (?).5Esta es una declaración irónica.

Virgen portátil

Cualquiera que esté remotamente familiarizado con la Biblia y los pasajes que acabamos de explorar reconocerá inmediatamente esto por lo que es. Es una blasfemia. Los católicos romanos y aquellos afectados por la hermenéutica católica romana, por otro lado, tratarán de encontrar maneras de justificar esta abominación. Su reacción a estas fotos es en realidad una buena prueba de fuego. Si de alguna manera simpatizas con ellas, necesitas arrepentirte inmediatamente.

Conclusión

A lo largo de los siglos, el catolicismo romano ha elevado efectivamente a María a la posición de una diosa, introduciendo así una especie de paganismo politeísta e idolatría en la Iglesia. La afirmación de que el arca del pacto es un tipo de María es uno de los pilares de ese caso, porque los católicos romanos saben que la Biblia asocia el arca exclusivamente con la presencia de Dios. Si se puede vincular a María, entonces en sus mentes se puede justificar la elevación de María a una posición cuasi divina. Sin embargo, este argumento plantea problemas insuperables. Se basa en una comprensión errónea de la tipología que permite que un puñado de similitudes superficiales basten como prueba. Ignora la naturaleza exclusiva y el propósito del arca del pacto. Ignora lo que dice Hebreos 9 sobre el verdadero antitipo del arca terrenal. Y conduce en la práctica a los tipos de abominaciones y blasfemias que se ven en esa réplica del arca que se encuentra en una iglesia católica romana.

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Este artículo ha sido traducido con permiso y fue publicado originalmente por el Dr. Keith Mathison en su blog personal, lo puede conocer aquí: www.keithmathison.org. Le invitamos a conocer los libros que ha escrito el Dr. Mathison aquí.

  • 1
    Beale, Handbook on the New Testament Use of the Old Testament, p. 13
  • 2
    Berkhof, Principles of Biblical Interpretation, p. 145
  • 3
    G.K. Beale, Handbook on the New Testament Use of the Old Testament: Exegesis and Interpretation, p. 14
  • 4
    Typology, p.26
  • 5
    Esta es una declaración irónica.

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