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Catolicismo Reformado

Las palabras caen en cascada a través de la página e inundan nuestros ojos mientras intentamos absorberlas todas. Tal avalancha a menudo abruma a los estudiantes que tratan de mantenerse a flote en medio del océano de letras y palabras, llevándolos a preguntarse: “¿Cómo puedo mantenerme al día con toda esta lectura?” Otras preguntas surgen, “¿Cómo puedo absorber toda esta información?” Otra queja común es, “Este libro es muy difícil de entender”. Dadas estas preguntas, ¿qué podría hacer un lector para asegurarse de que puede mantenerse al día, retener información y entender? A menudo doy a mis estudiantes tres estrategias de lectura.

Tres estrategias de lectura

El primer paso es recordar que el lento pero constante gana la carrera. Los estudiantes necesitan mantener un hábito diario de lectura. Tratar de leer cientos de páginas en un corto período de tiempo es una fórmula para la confusión y la frustración. Al inicio de cada semestre, calcula cuánta lectura necesitas hacer diariamente para mantenerte al día, y luego reserva tiempo para ello. Leer la información en bloques más pequeños en lugar de más grandes facilita una mejor retención y comprensión.

El segundo paso es leer con atención. Las pantallas y el internet entrenan nuestras mentes para escanear y leer rápido, lo cual puede funcionar para un artículo de noticias o un tweet, pero es veneno para la lectura educativa. Lee de manera deliberada, y si es necesario, sigue el texto con un lápiz mientras lees cada palabra, lo cual te obliga a centrar tu atención. O bien, lee en voz alta. Si estás leyendo un sermón, probablemente no tendrás muchos problemas para captar el significado del texto, pero si estás leyendo un texto teológico más largo con argumentos complejos, no dudes en hacer un esquema. Toma un cuaderno o un pedazo de papel y escribe el esquema del texto que estás considerando. Si es posible, lee una copia física del libro o ensayo y anota en sus márgenes. Escribe preguntas, identifica puntos clave, resalta hechos significativos, dialoga con el autor. Hábitos de lectura como estos te ayudarán a retener la información que encuentras.

El tercer paso es reconocer que puede que no entiendas un libro la primera vez que lo leas, y eso está bien. El hecho de que estés estudiando un tema significa que estás admitiendo tácitamente tu ignorancia, que necesitas aprender. Naturalmente, si estás buscando aprender, te encontrarás con nuevas ideas, términos y argumentos que te obligarán a estirarte, aprender y crecer. Solo porque leas un libro una vez no significa que lo entiendas. Hay ocasiones en las que solo entiendo un libro realmente después de haberlo leído dos o tres veces. Mi sugerencia es que cada vez que leas el libro, uses un marcador de un color diferente y registres la fecha en que lo leíste. Te sorprenderá lo que resaltes con cada lectura del libro. Hay algunos libros que merecen ser releídos constantemente porque son un tesoro de sabiduría. En cualquier caso, deja a un lado la idea de que leer bien solo significa leer un libro una vez. Lo más probable es que leamos los mejores libros varias veces, o que necesitemos leer y releer una obra para entenderla realmente. Leer y releer no debe considerarse como una acción correctiva, sino que es parte fundamental de lo que verdaderamente significa leer.

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Este artículo1Los subtítulos y enlaces que redirigen a nuestro sitio web no hacen parte del artículo original y, en este caso, el título también fue modificado para que se entendiera mejor su objetivo en español. ha sido traducido con el permiso del Dr. J.V. Fesko y fue publicado originalmente en su blog personal. Usted puede comprar sus libros aquí.

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    Los subtítulos y enlaces que redirigen a nuestro sitio web no hacen parte del artículo original y, en este caso, el título también fue modificado para que se entendiera mejor su objetivo en español.

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