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Catolicismo Reformado

Durante la Reforma del siglo XVI, una de las prácticas estándar para los pastores era predicar lectio continua, capítulo por capítulo, verso por verso, a través de los libros de la Biblia. Por ejemplo, en Ginebra, Juan Calvino predicaba del Nuevo Testamento por la mañana y del Antiguo Testamento por la tarde. A pesar de su uso común durante la Reforma, hay muchos ministros reformados que no predican lectio continua: predican pequeñas series temáticas sobre esto o aquello, o quizás secciones de libros, como sermones sobre la vida de David o Abraham.

Por un lado, es definitivamente bueno e importante que los ministros prediquen la palabra de Dios. Por simple que parezca, hay demasiados ministros que suben al púlpito cada domingo por la mañana y no predican la palabra, un hecho triste, pero cierto. Por otro lado, creo que algunos pastores temen predicar lectio continua por diversas razones. Sin embargo, con los años he encontrado varios beneficios de este método de predicación que, creo, recomiendan su uso sobre otras prácticas.

Los beneficios de predicar lectio continua

Primero, al predicar a través de los libros de la Biblia te enseñas a ti mismo y a tu congregación sobre grandes porciones de las Escrituras. Demasiadas personas en la iglesia, incluidos los pastores, no conocen sus Biblias. Tienen versículos o capítulos favoritos, pero rara vez están familiarizados con libros enteros. ¿Qué mejor manera puede haber para aprender sobre las Escrituras que predicar a través de Romanos, verso por verso? Un beneficio adicional es que cuanto más prediques a través de los libros de la Biblia, mejor la conocerás. Como el interés compuesto, tu familiaridad con la Biblia se acumulará. Estarás mejor equipado para el ministerio, la consejería, la enseñanza y la predicación. Por ejemplo, teducirás el tiempo de preparación de tus sermones, cuanto más te familiarices con el corpus paulino.

Segundo, hay algunas partes de la Biblia que son absolutamente necesarias y fundamentales para otras partes. Aquí tengo en mente el Pentateuco, los primeros cinco libros de la Biblia. Creo que todo pastor debería tener como objetivo predicar a través del Pentateuco porque es fundamental para todo lo demás en las Escrituras. ¿Por qué la genealogía de Jesús incluye el nombre de Abraham? ¿Por qué era más que peligroso desde el punto de vista médico que Jesús tocara a los leprosos? ¿Cuál es la maldición de la ley? ¿Por qué Juan el Bautista bautizó en el Jordán? ¿Por qué Jesús se refiere al diluvio de Noé como el paradigma de su propio regreso al final de los tiempos? Todas estas preguntas encuentran respuestas en el Pentateuco. No solo predicar a través del Pentateuco te dará como pastor un mejor conocimiento de las Escrituras, sino que también fundamentará a tu congregación en ellas.

Tercero, obliga a los predicadores y congregaciones a lidiar con textos que podríamos no encontrar atractivos, cómodos o fáciles. Cuando los pastores hacen series temáticas, sospecho que no elegirán pasajes que encuentren teológicamente difíciles o problemáticos. Por ejemplo, ¿cuántos pastores ignoran pasajes que tratan sobre la doctrina de la elección? Si predicamos lectio continua, debemos tratar con las doctrinas que presenta el texto. No tenemos tiempo para obsesiones, a menos que, por supuesto, estemos ignorando el texto. Al predicar el texto, nos mantiene equilibrados. Claro, ¿a quién no le gustaría escuchar sobre el amor de Dios? Pero a veces el texto habla sobre la ira y justicia de Dios y necesitamos escucharlo.

Cuarto, fue un gran alivio saber que no estaba en una “caminadora de ideas” tratando de imaginar nuevas y “emocionantes” series de sermones. Podía descansar sabiendo que el tema de mi próximo sermón me estaba esperando en la siguiente serie de versículos. De esta manera, se puede decir que ¡Dios decide sobre qué predicarás!

¿Significan estos beneficios que los pastores nunca deberían predicar sermones temáticos? No. Creo que hay mucho espacio para hacer predicación temática. En un período de diez años, por ejemplo, un pastor predicará casi 1,000 sermones (si predica por la mañana y por la noche). Hay más que suficiente espacio para predicar una serie de series más pequeñas. Sin embargo, creo que la mayoría de la predicación de un pastor debería dedicarse a la de lectio continua por las razones mencionadas anteriormente. Después de un período de diez años sería preferible, creo, que tú y tu congregación estuvieran familiarizados con el Pentateuco y veinte libros de la Biblia versus una multitud de series temáticas olvidables.

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Este artículo1Los subtítulos y enlaces que redirigen a nuestro sitio web no hacen parte del artículo original. ha sido traducido con el permiso del Dr. J.V. Fesko y fue publicado originalmente en su blog personal. Usted puede comprar sus libros aquí.

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    Los subtítulos y enlaces que redirigen a nuestro sitio web no hacen parte del artículo original.

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