Catolicismo Reformado

No recuerdo el momento preciso en que me topé por primera vez con los Cánones de Dort. Solo recuerdo que fue durante la universidad, en el laboratorio de computación de mi dormitorio. Más importante aún, recuerdo que enseguida me enamoré de los Cánones al descubrir las raíces de mi fe y de la Santa Iglesia Católica. A medida que mi mente se iluminaba con la verdad, mi corazón se avivaba con asombro, humildad y alabanza al Dios trino que me salvó por su gracia.

Como pastor he tomado muchas notas sobre los amados Cánones, he leído todo lo que he encontrado sobre ellos, los he enseñado a los catecúmenos en mi congregación y a mi familia eclesiástica en la escuela dominical, e incluso los he usado como guías para predicar las doctrinas de la Palabra (véase mi artículo «Un catecismo sobre la predicación catequética»). Hace años publiqué un comentario sobre la Confesión de Fe de Bélgica titulado With Heart and Mouth. En 2019, como pronto se cumplirían cuatrocientos años de este Sínodo de 1618-1619 (una asamblea de líderes eclesiásticos y políticos de toda Europa en la ciudad holandesa de Dordrecht), quise preparar algo sobre los Cánones. Estoy agradecido con The Davenant Press por asociarse conmigo para publicar Grace Worth Fighting For.

En este artículo permítame ofrecerle varias razones por las que amo los Cánones de Dort.

La gracia de Dios a los pecadores

En primer lugar, y ante todo, amo los Cánones de Dort porque expresan la gracia de Dios a los pecadores. Cuando los lea por usted mismo, verá que no describen simplemente desde lejos doctrinas estáticas; más bien profesan la gracia de Dios a pecadores concretos. Una de las razones por las que escribí Grace Worth Fighting For es debido a cuán prevalentes son estas caricaturas y malas interpretaciones del «calvinismo» en los círculos cristianos evangélicos. No puedo contar las veces que visitantes de nuestra congregación o miembros que tratan de explicar esto a sus amigos me preguntan de qué trata la «predestinación». Me gusta animarlos a dar un paso atrás y hablar acerca del Dios de la predestinación, para que sea personal. Al leer los Cánones por usted mismo, verá que, contrario a la opinión popular, la «doble predestinación» (que en sí misma debe ser definida cuidadosamente) no está en cada esquina controlando cada otra doctrina. Verá que la predestinación no es un dogma central del sistema teológico reformado; está allí, pero solo porque Dios la revela como una expresión de su gracia.

Aplicación de la teología católica

En segundo lugar, amo los Cánones de Dort porque expresan y aplican la teología católica a una controversia particular. En otras palabras, si se acerca a los Cánones después de haber leído únicamente su devocional diario de Boettner, Hoeksema, Sproul o Steele y Thomas, esperando la confirmación de estos exponentes de la «perspectiva reformada» de uno de los pétalos del TULIP, le esperan algunas sorpresas.

¿Piensa que los reformados hicieron una ruptura limpia con las versiones medievales de la elección y reprobación? Piénselo mejor.

¿Cree que «Cristo murió por los elegidos, punto» es la postura reformada de la llamada «expiación limitada»? Siga leyendo.

¿Qué hay del artículo de los Cánones sobre la «gracia irresistible»? Los reformados en el tiempo de Dort aborrecían esa palabra «irresistible».

¿«Una vez salvo, siempre salvo» es la postura reformada sobre la perseverancia, verdad? Como dije, las sorpresas abundan.

Esta es una de las áreas en las que he crecido a lo largo de los años mientras he leído, estudiado y enseñado las llamadas «doctrinas de la gracia». Parece que la naturaleza humana tiende a los extremos, tal como vemos en nuestro discurso político nacional; lamentablemente hacemos lo mismo en nuestra teología. Los Cánones, como definición de varios aspectos de la gracia de Dios, irónicamente presentan una visión católica (no romana, sino cristiana universal) y consensuada, y no un calvinismo rabioso que escupe fuego.

Visión realista de la vida cristiana

En tercer lugar, amo los Cánones de Dort porque expresan una perspectiva realista de la naturaleza humana y de la vida cristiana. Como dije antes, los Cánones no son simplemente una perspectiva de 35.000 pies de altura del calvinismo filosófico; tratan sobre la gracia de un Dios personal a personas concretas. Lo que verá al leerlos es que fueron escritos por hombres reales. Fueron hombres que ejercieron como profesores de estudiantes jóvenes e inmaduros; hombres que pastorearon en parroquias rurales de escasa formación; hombres que pastorearon en ciudades donde el lema bien podría haber sido «lo que pasa en Dordrecht se queda en Dordrecht». Los Cánones están llenos de perspicacia pastoral: hay todo tipo de personas que responden de diversas maneras a la gracia de Dios en Jesucristo. Incluso dentro de la comunidad de cristianos, hay creyentes firmes, hay creyentes débiles, están los que tienden a tropezar y caer, y hay de todo tipo entre ambos extremos. Debido a nuestra variada experiencia humana del pecado y la gracia, los pastores no deben tratar a todos de la misma manera. Este tema se repite una y otra vez en la discusión de los Cánones sobre la seguridad de la salvación.

Más que el TULIP

En cuarto lugar, amo los Cánones de Dort porque expresan mucho más que el TULIP. «¿No crees en eso del TULIP?» Esa es una de las preguntas frecuentes que escucho cuando le digo a la gente que soy un pastor reformado. TULIP es el acrónimo en inglés para depravación total, elección incondicional, expiación limitada, gracia irresistible y perseverancia (o preservación) de los santos. Supuestamente es lo que el Sínodo de Dort decidió contra los arminianos. Sin embargo, esta es una simplificación estadounidense del siglo diecinueve que, de hecho, altera el orden de los Cánones y que habría sido un acrónimo imposible para un holandés del siglo diecisiete, ya que en holandés la palabra para «tulip» habría sido tulp.

Como he dicho, los Cánones de Dort tratan sobre la gracia de Dios, no sobre doctrinas distantes y separadas. E incluso cuando se discuten esas doctrinas como aspectos de la gracia sublime de Dios, lo hacen desde un enfoque integral de las Escrituras, atentos al pasado cristiano católico y con abundante aplicación práctica. Por ejemplo, si usted lee una introducción moderna al TULIP, es probable que no lea nada sobre el problema práctico que la predestinación plantea a los padres cristianos cuyo bebé acaba de fallecer. ¡Pero los Cánones sí lo hacen!

Conclusión

Amo los Cánones de Dort. Los amo por proclamar quién es Dios: un Dios de gracia. Los amo por ser católicos y no insulares. Los amo por ser expresiones de hombres reales para mí, un hombre realmente pecador. Los amo porque no solo me dan cinco pétalos de una flor de tulipán; me llevan a las raíces de esos pétalos.

Lo animo a tomar y leer los Cánones de Dort y a dejarse cautivar (una vez más) por el amor del Dios que proclaman.

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Este artículo ha sido traducido con permiso y fue publicado originalmente por el Dr. Hyde en el sitio web: Danielrhyde.com. Le invitamos a conocer los libros que ha escrito el Dr. Hyde aquí. Los enlaces que redirigen a este sitio web no hacen parte del artículo original. 

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